Aunque la mayor parte de los
movimientos sísmicos, los que podríamos llamar seísmos
verdaderos, se producen por causas tectónicas, algunos
de ellos se pueden producir por otras.
Micro
sismos: pequeñas
vibraciones en la Corteza terrestre provocadas por causas diversas.
Entre las más frecuentes se encuentran grandes tormentas, hundimiento
de cavernas, desplomes de rocas, etc.
Sismos volcánicos: a veces los
fenómenos volcánicos pueden generar movimientos sísmicos.
Tal es el caso del hundimiento de calderas volcánicas,
destape de las chimeneas en una erupción u otras.
Sismos tectónicos:
son los verdadero movimientos sísmicos y los de mayor
intensidad. Generalmente asociados a fracturas (fallas).
Se producen por formación de fallas,
movilización de fallas preexistentes o por
movimiento de fallas asociadas.
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